La Arquitectura siempre tuvo un enlace muy fuerte con su entorno. A veces por integración, otras por oposición. El mundo Greco-Romano establece criterios de urbanizacion que preparan el camino a la ciudad moderna.
El hombre necesita de la Arquitectura ,no solo para satisfacer sus necesidades culturales del habitar , sino también para su goce estético.
El hombre, ser cultural por definicion, establece sus lugares como espacios de acción, necesita un sentido de pertenencia.
La ciudad lo ubica en relación con sus pares, genera actividades de comercio, política, religión y cultura. Las plazas y los mercados , junto con los edificios institucionales ,van delineando su memoria colectiva, calle ,vereda, sendas y bordes le dan carga histórica a su realidad diaria.
La ciudad y por extensión el espacio urbano nos van armando nuestra conciencia del habitar, la Arquitectura, más allá de su categoria estilística, nos enriquece como miembros de una comunidad , además de generar en nosotros un sentido de respeto y apropiación.
La Arquitectura no tiene ideologia, el hombre y la sociedad le dan el marco ideológico, cada edificio nos evoca un momento y espacio particular. El Congreso de la Nación Argentina , por ejemplo, marca junto con la casa de gobierno un eje de poder único en su tipo.
Caminar por avenida de Mayo establece sentimientos de placer y pertenencia , sus lineas municipales unificadas , un lenguaje arquitectónico que navega entre el historicismo y lo ecléctico , nos pone con un vinculo muy particular entre ciudad , usuario y arquitectura.
La ciudad no es un conjunto de edificios, es algo mucho más profundo. Olores, sabores , sensaciones ápticas nos dan información que nos ligan al espacio urbano .Una calle nos es un borde simplemente, es un elemento urbano que vive con nosostros, lo usamos, o vivimos ,vemos pasar el día tomando café o tal vez lo vemos como una herramienta de tránsito peatonal.
Arquitectura y ciudad es un todo orgánico.El hombre le da razón de ser. Sin el la humanidad del habitar se desvanece . Cada edificio, cada árbol, estatua o escultura nos recuerda que somos parte de algo.
Al destruir un edificio histórico , nos destruimos a nosotros mismos.Como seres que habitamos y somos concientes que lo hacemos , no destruyamos nuestra ciudad.
Arquitectura y ciudad nos hacen tomar sentido de cultura por extensión, todo lo que hacemos afecta a terceros. Modernidad y pasado pueden convivr si nosotros lo permitimos .
Rodolfo Eduardo de Liechtenstein
Arquitecto
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INICIO : LUNES 22 DE JUNIO 09
