jueves, 22 de marzo de 2012

LEONARDO Y SU PASIÓN POR LA COCINA







El Renacimiento definió una nueva concepción de universo reformulando principios del mundo Greco-Romano. El hombre es la medida de todas las cosas. Surge una nueva concepción del artista, se acentúa el individualismo. Toma conciencia de su propio yo.

Nace el hombre universal capaz de manejar los más variados conocimientos. Leonardo constituye para muchos el arquetipo de esos conceptos. Pintor, arquitecto, médico, inventor en todos los campos del conocimiento, dejó verdades universales más que soluciones concretas. Lo maravilloso de este contexto es que el genio de Leonardo incursionó también en el arte culinario; literalmente apostó a una inversión gastronómica

Puso un restaurante en Florencia, se asoció con otro genio de la pintura, Sandro Botticelli y se embarcó en una verdadera aventura: “La Enseña de las Tres Ranas de Sandro Leonardo”. Para empezar cambió las costumbres del comensal de aquellos tiempos. Diseñó platos de comidas, cubiertos (inventó el tenedor con un tercer pinche),el sacacorchos, copas para vino tinto, copas para agua e inclusive una máquina para hacer tallarines.

Modificó por extensión los modales del buen comer. Pensemos que el vino se tomaba en copones de gran capacidad y no se usaban servilletas. Las distintas recetas de comidas se diseñaban según el número de oro, debían ser armónicas intelectualmente por encima del placer gustativo.

El orden se percibe hasta en la cocina, un verdadero laboratorio de ideas.
Como verdadero individualista no permitía que nadie intervenga en sus creaciones. Los comensales llegaban a esperar horas hasta recibir su plato. Como era previsible la inversión gastronómica de los dos genios fue un fracaso.

Pese a ello esas ideas se han transformado en las reglas del buen comer .Esa pasión por la cocina Leonardo la adquirió desde su infancia con su cocinera personal, Battista de Villanis, quien lo acompaño la mayor parte de su vida. Hacia 1474, con veintiún años de edad y aprendiz del taller del Verrocchio, fue jefe de cocina de una taberna muy popular de Florencia, “La Taberna de los Tres Caracoles”.

Rechaza encargos importantes de pintura ,viaja a Milán y Ludovico el Moro lo nombra consejero de fortificaciones y maestro de banquetes por más de diecisiete años.Los últimos tres años de su vida (1516-1519) Leonardo los pasa en Francia en la región del Loire, bajo el mecenazgo de Francisco I, otro apasionadode la cocina; nace la “Nouvelle Cuisine Francaise”.

Un dato ilustrativo: mientras pintaba “La Ultima Cena” en Milán, mandó a construir una mesa y sus ayudantes posaban y comían como si fueran los discípulos , pero con platos inventados por Leonardo: huevos cocidos conrebanadas de zanahorias, muslo de ganado con flores de calabacín, panecillos y rodajas de anguila.

Un aspecto de Leonardo poco conocido es que sus maquetas las hacía en
mazapán y sus postres tenían formas arquitectónicas; un auténtico gourmet
del siglo XV

Rodolfo de Liechtenstein
Arquitecto

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