martes, 9 de agosto de 2011

Antonio Gaudí. Arquitecto de Dios.





Aún recuerdo mi primer contacto con la obra de Antonio Gaudí. Superó todo conocimiento previo. El impacto visual generó en mí admiración y conciencia de su genialidad.

Rompió con todo cánon clásico, buscando referentes en la naturaleza y en su misticismo religioso. Antonio Gaudí nace hacia 1852 en Reus, región de Cataluña. Tanto en su formación como en su obra denota pasión y obsesión creativa cargada de muchas historias que incomodaron a comitentes, operarios y clientela que sentian admiración y a la vez incomprencion.

Contrariamente a lo que dicen muchos textos estudió arquitectura en la Escuela Provincial de Barcelona, demostrando como estudiante rebeldía hacia los estilos del pasado. Después de colaborar en varios proyectos hacia 1884 con treinta y dos años de edad recibe el encargo de su vida: El templo Expiatorio de la Sagrada familia.

Fué la obsesión de su vida. La obra, comenzada por otro arquitecto en estilo Neogótico, manifiesta sus referentes en el mundo de la naturaleza, en la mística de la mitología catalana y en su devoción con el catolicismo. Rompe con el Historicismo dando forma a una Catedral con tintes orgánicos, atemporal, generando costos y tiempos de ejecución irrecuperables.

Cierta vez sus operarios no entendieron como materializar sus osados arcos. Gaudí con impaciencia y determinación tomo una soga, la extendió sin mucha tensión, colocó sobre ella saquitos de arena que repartieron el peso de las cargas a soportar del futura arco. Dejó que la soga se deformara por el propio peso de los diversos saquitos.

Se generó un polígono de fuerzas. Colocó un espejo sobre la soga y por extensión nació el arco. Recordemos que un arco es una catenaria “Invertida”. Su método empírico, su imaginación, su devoción por Dios lo inspiraba, sin perder su parte racional de ajuste por el proyecto.

Hacia 1883 construye la casa Vicens, generando roces con su cliente, empresario del azulejo. Gaudí trabajaba experimentando “In situ” levantando paredes y demoliéndolas días después, llevando casi a quiebra a pobre comitente.

Su inspiración en la mitología de San Jorge matando al Dragón dio por resultado el diseño de la fachada de la casa Batló. Azulejos fragmentados de vivos colores, formas cavernosas , y coronamientos con crestas y chimenea con forma de espada, lo enfocan en imaginería nunca antes alcanzada.

Su muerte lo llevó a la categoría de mito. Desde 1925 Gaudí dejó de vivir en la casa del Parque Güell, trasladándose definitivamente al estudio montado en la iglesia del Sagrada Familia. Como todos los días, al atardecer caminaba hacia la iglesia de San Felipe de Neri. Una fiebre reumática lo obliga a caminar . El Lunes 7 de Junio de 1926 lo pisó un tranvía falleciendo tres días después de una gran agonía.

Su cuerpo fue velado con alto honores. El gran libro de la Arquitectura es la Naturaleza,decía, y esta es obra de Dios. Antonio Gaudí es sin dudas el Arquitecto de Dios


Rodolfo de Liechtenstein
Arquitecto

No hay comentarios:

Publicar un comentario