lunes, 4 de octubre de 2010

Bicentenario, Arquitectura y Patrimonio.


BICENTENARIO ARGENTINO

ARQUITECTURA Y PATRIMONIO


El Bicentenario patrio invita a reflexionar. La Arquitectura y sobre todo aquella emblemática de un país en fechas tan particulares como 2010 nos acercan a pensar y repensar nuestra historia patrimonial.

Hacia 1910-1916 Argentina y gran parte de América, festejaba su centenario en pleno Liberalismo político y Arquitectónico. El Eclecticismo y los “Neos” convivían con el Neocolonial y los Modernismos Antiacadémicos.

El Neocolonial buscó en nuestro pasado colonial cierta identidad en un momento de hacer de Buenos Aires “La París de Sudamérica”.El museo Irurtia (Blanco Encalada y O”Higgins) y el teatro Cervantes (Córdoba y Libertad) son exponentes paradigmáticos del movimiento.

Le Corbusier llega hacia 1929. Dicta sus yá legendarias conferencias en un momento histórico previo al golpe e 1930 con la consiguiente caída de H. Irigoyen y el surgimiento de la llamada “República perdida”.

Esto nos lleva a pensar en como nuestra Arquitectura va enlazada a los cimbronazos políticos .Movimientos con intenciones de ”Arquitectura nuestra” o de “Identidad Nacional” como ser el Casablanquismo , dieron inicio a búsquedas con buenas ideas que se fueron diluyendo con modas o tendencias de impronta extranjera.

El Posmodernismo, dentro de su aspecto más negativo, asédia el patrimonio local. Hoy vivimos en tiempos complejos, de” Modernidad Líquida”. La especulación inmobiliaria y la maximización del metro cuadrado empujan emprendimientos que maltratan al patrimonio, no solo Arquitectónico sino también Ambiental.

No solo edificios de valor patrimonial están en situación compleja, como el caso de la Confitería del Molino (Callao y Rivadavia). También la Arquitectura barrial. La clásica “Arquitectura sin Arquitectos”. Muchas veces ésta define el perfil de un barrio, con estilos difíciles de clasificar, donde conviven lo italianizante, lo Decó y lo Modernista.

Barrios tradicionales como San Isidro, Tigre, Belgrano ó Caballito están perdiendo el sentido de Barrio, en pos de “Ciudades verticales” que definen un paisaje de “No Lugar”. Junto con la inseguridad, se va perdiendo el “Hacer ciudad” en los espacios públicos, plazas, veredas, calles, mercados comunitarios. Van cediendo frente al “Asedio de la Modernidad”

La convivencia es posible si desde el lugar de cada uno se apuesta a mantener la “Memoria de Lugar”, dando paso a la Modernidad sin gestos invasivos. Perder Nuestra Historia es perder nuestra condición de humanidad.

Rodolfo de Liechtenstein
Arquitecto

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